Otro aspecto del desarrollo trata sobre la evolución de las intenciones comunicativas, llamadas funciones pragmáticas. Estas funciones se refieren a los indicadores que determinan qué tipo de lenguaje conviene en un contexto dado. El conocimiento de tales indicadores permite comunicarse eficazmente por medio de la elección de expresiones apropiadas, según sea el status del interlocutor.
De esta forma, el desarrollo pragmático consiste en la adquisición del funcionamiento del lenguaje en su contexto social, situacional y comunicativo.
En este desarrollo se distinguen las siguientes fases o períodos:
- Desde muy pequeños y hasta los 2 años, los menores poseen la capacidad de expresar emociones, establecer contacto comunicativo, dar información y demandarla, etc. Producen holofrases.
- Durante los años escolares de educación primaria, los menores desarrollan la capacidad de adaptar su forma de hablar en función de las variables contextuales y de realizar presuposiciones para economizar el lenguaje.
- Alrededor de los 3 años, pueden establecer un turno de palabra relativamente largo.
- Entre los 3 y 4 años, los menores adquieren conciencia de los aspectos sociales de una conversación: utilizan frases claras, bien construidas y adaptadas al oyente.
- A partir de los 4 años, adaptan sus registros al oyente (según sea bebé, niño o adulto), con diferentes estilos lingüísticos que se adaptan al entorno comunicativo, social y a sus intereses.
- Desde los 5 y 6 años, son capaces de colocar la información nueva al final de la frase, en lugar de al principio. También son capaces de realizar narraciones breves.
- Y a partir de los 7 y 8 años, producen, correctamente, historias largas y narraciones sin conversación.